La quietud dolorosa, sorda y ciega
Solo tiene salida en la tristeza
El perfil de tu beso, tu belleza
Y el dispendio de luz en la refriega
Entregarse al amor y a tu plegaria
Es igual que entregarse sin medida
Es regalarte un alma arrepentida
Y cobrar con tu luz indumentaria
Es lágrima sin pena y sin horario
Una luz vigorosa y solitaria
Una voz, un jardín, un escenario
Una madre de Dios, la Candelaria
Carlos Herrera Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2001
Carlos Herrera Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2001
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