jueves, 2 de febrero de 2012

CANDELARIA NUESTRA





La quietud dolorosa, sorda y ciega 
Solo tiene salida en la tristeza 
El perfil de tu beso, tu belleza 
Y el dispendio de luz en la refriega

Entregarse al amor y a tu plegaria 
Es igual que entregarse sin medida 
Es regalarte un alma arrepentida 
Y cobrar con tu luz indumentaria

Es lágrima sin pena y sin horario 
Una luz vigorosa y solitaria 
Una voz, un jardín, un escenario 
Una madre de Dios, la Candelaria

Carlos Herrera Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2001





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